
A Giancarlo Oviedo-Mori le diagnosticaron cáncer pulmonar avanzado a los 18 años. Ahora, a los 32 años, está casado y es padre de un hijo de 2 años, Josiah.
Una noche calurosa y húmeda de 2010, Giancarlo Oviedo-Mori y sus padres recibieron la sorpresa más impactante de sus vidas mientras estaban sentados en un hospital del Bronx. Se enteraron de que Giancarlo padecía un cáncer pulmonar avanzado de células no pequeñas. Tenía tan solo 18 años y grandes sueños. “Todo niño sudamericano quiere ser jugador de fútbol profesional. Quería ser el próximo Messi”, recuerda Giancarlo, quien emigró a Estados Unidos con su familia desde Perú cuando tenía 8 años.
“Nunca había visto a mis padres llorar así. Realmente me quebró”, dice Giancarlo, quien no tiene antecedentes familiares de cáncer y nunca fumó. “No había una explicación lógica para que tuviera cáncer pulmonar, pero no lo cuestioné. Simplemente, confié en Dios y sentí paz interior y presentí que todo iba a estar bien”.
Quince años después, Giancarlo está casado y tiene un hijo de 2 años. Sigue viviendo con cáncer pulmonar metastásico en estadio 4. A lo largo de los años, el cáncer se ha mantenido persistente, pero cada vez que un tratamiento dejaba de funcionar había un nuevo fármaco para probar, gracias a los ensayos clínicos de Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSK), donde actualmente recibe tratamiento.
La dificultad de diagnosticar el cáncer pulmonar en jóvenes no fumadores
El cáncer pulmonar es poco común en personas menores de 45 años. La edad promedio al momento del diagnóstico es de 70 años. Se necesitaron seis meses de pruebas y tratamientos para una tos persistente que no desaparecía, hasta que los médicos descartaron asma, fibrosis quística y otras afecciones que serían más probables en un adulto joven como Giancarlo.
“Él pertenece a la categoría de nuestros pacientes más jóvenes que no encajan en el perfil histórico de los diagnósticos de cáncer pulmonar, que tienden a ser grandes fumadores de unos 70 años”, dice el oncólogo médico torácico Alexander Drilon, MD, jefe del Servicio de Desarrollo Temprano de Fármacos en MSK.

Giancarlo con su familia y su equipo de atención en MSK. De izquierda a derecha: el Dr. Drilon, Amanda, Josiah, Giancarlo y la enfermera practicante Virginia Ferreira.
Los expertos han observado un aumento en las tasas de cáncer pulmonar entre personas no fumadoras. “Es algo a lo que deberíamos prestarle atención”, dice el Dr. Drilon. “Nadie habría pensado en hacerle una prueba de detección de cáncer pulmonar a un adolescente no fumador, pero tenemos que aprender a actuar mejor en estos casos, incluso cuando no hay factores de riesgo tradicionales”.
Cómo mantener la calidad de vida durante el tratamiento contra el cáncer pulmonar
Giancarlo ya había superado momentos duros en el pasado; como sobreviviente, parecía preparado para encarar este nuevo reto con determinación. Ya había superado los desafíos de mudarse a un nuevo país, adaptarse a una nueva cultura, aprender un nuevo idioma y hacer nuevos amigos.
Recibió varios ciclos de quimioterapia en un hospital local, en 2010 y 2011, para reducir el cáncer pulmonar en su pulmón izquierdo. En 2012, lo derivaron a MSK, donde le extirparon por completo el pulmón izquierdo.
“No pensé que se pudiera tener una buena calidad de vida después de que a uno le quitaran todo un pulmón, pero estoy agradecido de saber que sí se puede”, dice Giancarlo. “Tan solo nueve días después de la cirugía, pude andar en bicicleta hasta el parque y jugar al fútbol. Terminé la universidad. Por la gracia de Dios, tenía buena capacidad pulmonar, y eso me hizo pensar que podía lograr grandes cosas”.
Cómo enfrentar el cáncer pulmonar recurrente
Cuatro meses después de la cirugía de Giancarlo, sus médicos descubrieron que una mancha en el pulmón derecho, que antes pensaron que era inflamación, había crecido. Una biopsia con aguja confirmó que se trataba de un cáncer de crecimiento lento, por lo que lo monitorearon por medio de la observación activa hasta 2013. Fue en ese momento que Giancarlo conoció nuevas opciones de tratamiento que se estaban estudiando en ensayos clínicos.

El oncólogo médico torácico Alexander Drilon, MD, jefe del Servicio de Desarrollo Temprano de Fármacos en MSK
Participó en un ensayo de inmunoterapia en MSK a fines de 2014 y en otro ensayo sobre una terapia dirigida en 2015. Esos tratamientos ayudaron a mantener el cáncer bajo control hasta que los médicos pudieron analizar la genética de su tumor utilizando MSK-Impact®, un análisis de sangre sofisticado que busca mutaciones genéticas o cambios en el cáncer de una persona. Los resultados se utilizan como guía de las decisiones de tratamiento y para identificar a las personas que son candidatas a participar en ensayos clínicos que prueban terapias dirigidas a las mutaciones específicas que impulsan el cáncer.
“Es más probable encontrar algo aprovechable y tratable en los casos de cáncer pulmonar en pacientes jóvenes como Giancarlo”, dice el Dr. Drilon. De hecho, cuando Giancarlo se sometió a la prueba a fines de 2015, los resultados mostraron que su cáncer tenía una mutación por una fusión de gen ROS1 y había un tratamiento disponible que podía atacar esa mutación.
En 2016, Giancarlo comenzó a tomar crizotinib, la primera terapia dirigida contra ROS1 aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA). Su predisposición a probar nuevos tratamientos sobre la marcha le permitió beneficiarse de estas terapias innovadoras.
Cómo vivir en plenitud con cáncer pulmonar avanzado
Ahora, con 32 años, Giancarlo ha estado sobreviviendo, y prosperando, con cáncer pulmonar avanzado desde que fue diagnosticado por primera vez en su primer año de universidad. A pesar de las dificultades de vivir con una enfermedad crónica que requiere monitoreo y cuidados continuos, ha seguido apoyándose en su fe cristiana profundamente arraigada y en una actitud positiva, y ha logrado cumplir casi todo lo que se ha propuesto, desde graduarse de la universidad hasta casarse y formar una familia.
“La vida es corta, con o sin cáncer, así que no dejo que esta enfermedad crónica e invisible me defina”, dice Giancarlo.
Su esposa, Amanda, conoció a Ginacarlo a través de amigos en común en 2019. Desde ese mismo momento, se sintió inspirada por la determinación de Giancarlo de vivir la vida al máximo. “No deja que el cáncer le impida soñar con cómo podría ser su futuro”, dice ella.
Se casaron en el apogeo de la pandemia y hablaron sobre la posibilidad de tener hijos mientras él tomaba crizotinib. Los médicos dijeron que no había datos disponibles que indicaran si podrían concebir, y, de hacerlo, si el medicamento afectaría o no el desarrollo del bebé. Aun así, decidieron intentarlo y tuvieron un hijo sano en 2023.
“Llamamos a nuestro hijo Josiah porque su nombre significa ‘Dios sana’”, señala Giancarlo. “Cada vez que decimos su nombre, es un recordatorio para nosotros de la verdad de Dios. Que Él sana, no solo físicamente, sino también emocionalmente”.
Giancarlo, quien trabaja para una organización cristiana que organiza eventos para estudiantes internacionales, también ha podido viajar estando en tratamiento. Ha realizado varios viajes de trabajo, y él y Amanda han visitado a la familia de ella en Carolina del Norte. En 2024, él y su madre viajaron de vacaciones a su Perú natal, luego de recibir la autorización de sus médicos para hacer el viaje.
“Hago planes y me fijo metas, pero también soy realista”, dice Giancarlo, quien vive con Amanda y Josiah en Union City, Nueva Jersey, a aproximadamente una hora en auto de sus citas en MSK. “Ha habido momentos de incertidumbre y no siempre ha sido fácil, pero nuestra fe nos ha dado paz para la mente y el alma”.
Los ensayos clínicos ofrecen nuevas opciones
Giancarlo tomó crizotinib durante cuatro años, hasta 2020, cuando las imágenes mostraron que el cáncer pulmonar había comenzado a crecer nuevamente. Se incorporó la radiación a su plan de cuidados, lo que mantuvo el cáncer controlado hasta 2023, cuando las pruebas confirmaron que el cáncer tenía una nueva mutación que lo hacía resistente al crizotinib.

Amanda y Giancarlo se conocieron a través de amigos en común en 2019 y se casaron en el auge de la pandemia.
Pero como MSK cuenta con uno de los programas de ensayos clínicos más grandes del país, había una nueva opción de tratamiento dirigido en la que el Dr. Drilon y su equipo habían estado trabajando.
“Revisamos los ensayos clínicos activos y vimos que teníamos algo que podía atacar la mutación ROS1 muy bien, pero también la resistencia que se desarrolló con los inhibidores de ROS1 anteriores”, dice el Dr. Drilon. “Teníamos un ensayo clínico abierto que nos permitió administrarle lo que probablemente sea el mejor inhibidor de ROS1 en su clase para su tipo específico de cáncer”.
El fármaco se llama zidesamtinib (NVL-520), y Giancarlo continúa respondiendo bien al tratamiento sin tener efectos secundarios graves.
“La experiencia de Giancarlo nos muestra el poder de la investigación y por qué es tan importante estudiar nuevas terapias”, explica el Dr. Drilon, y señala que este es el cuarto ensayo clínico en el que ha participado Giancarlo. “Pudo acceder a cuatro opciones que nunca habría tenido si no existieran los ensayos clínicos”.
Anima a otros médicos a ayudar a los pacientes a considerar tanto las opciones tradicionales de tratamiento como las opciones en investigación durante la enfermedad. “Como demuestra el caso de Giancarlo, esto le ha dado mucho más tiempo de calidad con su esposa y su hijo”, dice el Dr. Drilon. “Y a medida que la investigación avanza, se están desarrollando nuevos tratamientos todo el tiempo”.
Superar los pronósticos
Giancarlo dice que gracias al Dr. Drilon y su equipo de atención de MSK ha podido estar bien, seguir con esperanza y vivir con una buena calidad de vida. Él y Amanda guardan con cariño una foto de ellos junto al Dr. Drilon y la enfermera practicante de MSK Virginia Ferreira, celebrando la primera vez que recibieron un buen informe del ensayo de zidesamtinib.
“Es una foto que llevamos muy cerca de nuestro corazón porque ellos son nuestros aliados”, dice Amanda. “No me imagino todo el trabajo que fue llevar a cabo estos ensayos clínicos, pero han hecho posible que Giancarlo sea esposo y padre, que trabaje y que lleve una vida normal. Estamos muy agradecidos con todo el equipo que trabaja allí”.
“Giancarlo ya ha superado con creces lo que podríamos esperar de cualquier paciente con diagnóstico de cáncer pulmonar metastásico”, dice el Dr. Drilon. “Hay esperanza de que, con acceso a los nuevos tratamientos que se están desarrollando, él siga superando los pronósticos.”