Si has tenido cáncer, es posible que te preguntes si debes hacer cambios en tu dieta. A menudo se habla de la dieta mediterránea por los beneficios que aporta a la salud. Pero, ¿es la dieta adecuada para ti? Le pedimos información al respecto a Alicia Gould, dietista clínica de Memorial Sloan Kettering Cancer Center.
¿Qué es la dieta mediterránea?
Las primeras descripciones de la dieta mediterránea se hallaron en la isla de Creta, en Grecia. Allí, la dieta tradicional tiene muchas frutas, verduras, frijoles y granos integrales. Tiene pocas carnes rojas (res, cerdo, cordero o cabra). La principal fuente de grasa es el aceite de oliva. A menudo las comidas incluyen vino y se consumen en una mesa con otras personas. Estas comidas y estos hábitos de alimentación no han cambiado en generaciones. En comparación con la dieta de la mayoría de los estadounidenses, la mediterránea tiene aproximadamente el doble de frutas y muchas menos carnes rojas. Estudios realizados en todo el mundo han comprobado una y otra vez que la dieta mediterránea se asocia con un menor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, cáncer, demencia y muchas otras enfermedades.
De manera similar a la dieta mediterránea, el nuevo plato americano (New American Plate) puede ayudar a las personas a visualizar cómo llenar sus platos. Dos tercios de la comida deben ser alimentos de origen vegetal, como verduras sin almidón (brócoli, zanahorias y tomates, por ejemplo), granos integrales, frijoles y legumbres (por ejemplo lentejas o maní). El tercio restante puede estar conformado por fuentes de proteínas de origen animal, como por ejemplo mariscos, carne de aves, productos lácteos y carnes rojas magras (res, cerdo o cordero).
¿Qué es lo más importante de la dieta mediterránea?
Muchos investigadores han tratado de descubrir si una parte de la dieta mediterránea es lo que la hace tan saludable. Hay evidencia que sugiere que no comer carnes rojas es lo más importante. Lo más probable es que todo sea importante: alimentos integrales cultivados naturalmente, consumidos con familia y amigos.
¿Hay evidencia de que los sobrevivientes de cáncer pueden verse beneficiados por una dieta mediterránea?
Llevamos a cabo un estudio en adultos sobrevivientes de leucemia infantil que tenían sobrepeso o eran obesos. Ninguno siguió una dieta estrictamente mediterránea. De hecho, muchos de los sobrevivientes tenían hábitos alimentarios para nada saludables. En general, aquellos que comían más frutas y verduras, menos carnes y más granos integrales mostraron un menor nivel de colesterol, mejores niveles de azúcar en la sangre y menos obesidad que aquellos que comían muchas carnes, refrigerios salados y granos refinados. Recientemente, investigadores de Alemania y Austria reunieron datos de muchos estudios sobre la dieta mediterránea. Estos resultados no probaron la reducción de muertes relacionadas con el cáncer ni de reaparición del cáncer. Sin embargo, ciertos estudios individuales mostraron la existencia de beneficios para los síntomas y efectos secundarios relacionados con el tratamiento.
¿Qué recomienda a los sobrevivientes de cáncer que desean mejorar sus dietas?
Basta con hacer algunos cambios simples para que una dieta sea más mediterránea.
En primer lugar, comer menos carnes rojas. El American Institute of Cancer Research recomienda consumir no más de 12 a 18 oz. (340.2 a 226.8 g) de carnes rojas cocidas por semana. Son tres porciones, cada una de las cuales tiene aproximadamente el tamaño de un mazo de cartas. Los sobrevivientes deben evitar sobre todo las carnes procesadas, ahumadas o saladas. Está bien cambiar las carnes rojas por pescado y mariscos, pero es aún mejor cambiarlas por frijoles, frutos secos y granos integrales, pues estos alimentos son fuentes de proteínas y además tienen fibra y otros nutrientes que pueden ayudar a los sobrevivientes de cáncer.
En segundo lugar, empezar a comer más frutas. Intenta comer frutas enteras en lugar de refrigerios procesados o ultraprocesados. Los alimentos ultraprocesados (que contienen estabilizantes, conservantes y saborizantes) representan particularmente bien lo contrario de la dieta mediterránea.
En tercer lugar, pensar antes de beber. Si bien el vino forma parte del menú en Creta, habla con tu equipo de atención médica de MSK para saber si debes consumir alcohol.
Los principios de la dieta mediterránea se pueden incorporar a muchos platos favoritos de la familia. Esta ensalada de quinoa al curry no es un plato mediterráneo, pero constituye un ejemplo perfecto de la combinación posible entre los principios de la dieta mediterránea y sabores de todo el mundo.